Alta Especialidad en Retina y Vítreo.
Especialidad en Oftalmología
La detección oportuna y el tratamiento temprano, pueden prevenir la pérdida de la visión. Si presentas cambios repentinos en la vista, tienes visión borrosa, distorsionada o ves destellos, es necesario que asistas con un especialista.
Servicios
DRA. VANESA FLORES PEREDO
Consulta Oftalmología General
Consulta de Retina y Vítreo
Examen de fondo de ojo
OCT Tomografía de coherencia óptica
Procedimientos
DRA. VANESA FLORES PEREDO
¿Qué son las inyecciones intravítreas?
Consiste en la administración de fármacos dentro del ojo, que se liberan en la cavidad vítrea. De este modo el medicamento actúa localmente sobre la retina y, en concreto, la mácula (zona central responsable de la visión de detalle).
Los fármacos utilizados, generalmente, pueden ser:
- Antiangiogénicos: Inhiben la formación de vasos sanguíneos anómalos y ayudan a resolver el edema macular.
- Corticoides: Reducen la inflamación ocular.
Inyectarlos directamente en el interior del globo ocular permite aportar altas concentraciones del medicamento para que actúe en forma directa en las estructuras deseadas.
¿En qué casos se realizan?
Las inyecciones intravítreas se utilizan para hacer frente a diferentes patologías que afectan a la retina:
-DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad): las inyecciones han demostrado su eficacia frente a la forma húmeda de la enfermedad y se están estudiando los beneficios de nuevos fármacos para la forma seca, actualmente sin tratamiento.
-Edema macular diabético: es la principal complicación y causa de pérdida de visión en los pacientes diabéticos. Se ha visto que la progresión del edema puede revertirse con terapia intraocular.
-Otras enfermedades oculares como: oclusiones venosas de la retina, uveítis o complicaciones derivadas de la alta miopía.
Para muchas de estas patologías, las inyecciones intravítreas han mejorado el resultado visual de los pacientes respecto a tratamientos anteriores.
Exámenes previos
Es importante llevar a cabo una exploración completa del fondo de ojo. En la mayoría de casos se realiza una tomografía de coherencia óptica (OCT) para el diagnóstico preciso y el seguimiento. También pueden requerirse otras pruebas diagnósticas complementarias como la angiografía fluoresceínica.
Antes de la inyección intravítrea
Antes de realizarse la inyección, se desinfectan los párpados y el ojo del paciente. Se le aplica anestesia tópica (gotas) para que no sienta ninguna molestia durante el procedimiento.
Durante la inyección
Las inyecciones intravítreas se llevan a cabo en quirófano o en consulta, siempre bajo unas condiciones adecuadas de asepsia. El procedimiento, que se realiza con una aguja muy fina, es indoloro para el paciente, rápido (alrededor de 5 minutos) y sencillo. No obstante, dado la delicadez de las estructuras oculares que se tratan, es importante que sea realizado por un oftalmólogo especialista para garantizar los mejores resultados y evitar complicaciones.
Después de la inyección
El postratamiento no es doloroso para el paciente ni requiere ningún cuidado especial. En ocasiones se indican algunas gotas para aplicarse durante unos días.
El número de inyecciones que deberán aplicarse y su frecuencia de repetición (que normalmente se va espaciando a medida que avanza la terapia) dependerán de las pautas indicadas por el especialista, según cada caso.
Riesgos
Si la preparación en la consulta/quirófano es adecuada y se sigue un buen tratamiento profiláctico (“preventivo”), el riesgo de infección es mínimo. Por ello, a pesar de que supone la principal complicación de las inyecciones intravítreas, la endoftalmitis (infección intraocular) solo se da en aproximadamente 1 de cada 3000 inyecciones.
¿Qué es?
Consiste en aplicar láser sobre zonas de la retina dañadas para tratar o prevenir problemas retinianos.
¿En qué casos se realiza?
Se realiza en muchas patologías de la retina, tanto en roturas de la retina, para que ésta no se desprenda, como en enfermedades vasculares de la retina, como la retinopatía diabética, las obstrucciones de vena, aneurismas, etc.
¿Exámenes previos?
Requiere examen ocular completo y estudio de fondo de ojo bajo dilatación. En algunos casos se complementa con Angiografía Fluoresceínica y OCT.
Durante la intervención
La intervención es ambulatoria y se practica con anestesia tópica, es decir con gotas. Se aplica con la utilización de lentes especiales según requiera cada caso. El laser se aplica alrededor de las roturas o en forma localizada o generalizada en la retina según la patología de la que se trate. Los disparos se realizan mediante un rayo guía que nos indica donde va impactar el fotocoagulador.
Antes de la intervención
Se le aplicarán gotas para dilatar la pupila y realizar el procedimiento.
Riesgos
Es un procedimiento con riesgo muy bajo si lo aplica un retinólogo.
¿Qué es la cirugía de catarata?
Esta cirugía es el procedimiento quirúrgico más practicado, ya que la opacificación del cristalino es un problema muy común, especialmente en la madurez. El objetivo final de la intervención es sustituir esta lente natural del ojo por una lente artificial que cumpla de forma más efectiva su función de enfocar nítidamente las imágenes.
Se trata de una intervención breve, indolora y de rápida recuperación que, gracias a la especialización y a la incorporación de la última tecnología, ha logrado un gran perfeccionamiento, con muy altas tasas de éxito. Para ello, se han ido sumando avances quirúrgicos.
La comunicación entre paciente y especialista es fundamental para determinar el momento más adecuado para la intervención y el tipo de lente intraocular idóneo en cada persona, con el fin de recuperar el máximo de visión potencial tras la cirugía.
Tipos de lentes intraoculares
- Monofocales: diseñadas con un solo foco para la visión de lejos
- Multifocales: pueden ser bifocales (visión cercana-lejana) o trifocales (visión cercana-intermedia-lejana)
- Tóricas: permiten corregir el astigmatismo, bien sean monofocales o multifocales
¿En qué casos se realiza?
La cirugía de catarata suele considerarse cuando la pérdida de visión provocada por la opacidad del cristalino interfiere en la autonomía y las actividades cotidianas del paciente. También se indica cuando el avance de la patología provoca complicaciones como aumento de la presión intraocular, uveítis o en los casos en que se requiere para realizar cirugía combinada de retina.
Sin embargo, no es necesario esperar a que la catarata sea limitante para el paciente y esté en fases avanzadas –cuando la operación resulta más compleja– para poder tratarla. De hecho, cada vez más, se opta por su intervención precoz, ya que es un procedimiento altamente seguro y eficaz en manos expertas.
Exámenes previos
Una buena evaluación previa es imprescindible para diagnosticar de forma precisa la patología –tipo, tamaño, localización e impacto sobre la calidad óptica de la catarata– y, a partir de ahí, realizar una indicación quirúrgica a medida.
Las pruebas que se realizan en consulta a los pacientes candidatos a cirugía de catarata incluyen:
- Test de agudeza visual y refracción
- Toma de la presión intraocular (tonometría)
- Examen con lámpara de hendidura
- Exploración del fondo de ojo
- Estudio de la anatomía del segmento anterior y otras estructuras oculares
Otros estudios que se realizan son:
- Cálculo de la lente intraocular (biometría)
- Conteo de células endoteliales de la córnea
- Tomografía de coherencia óptica
Durante la intervención
La cirugía de catarata dura alrededor de 15 minutos y suele realizarse con anestesia tópica (gotas) o, en algunos casos, periocular (inyección cerca del ojo). En la mayoría de ocasiones, se opera primero un ojo y, al cabo de unos días, tras confirmar la evolución sin complicaciones del paciente, el otro.
La técnica más utilizada se conoce como facoemulsificación y el método convencional para practicarla es mediante ultrasonido.
- Con una cuchilla, se hace una pequeña incisión en el ojo y se abre una “ventana” circular en el saco del cristalino para poder actuar en su interior.
- Se inserta una sonda que, con la energía de ultrasonido, fragmenta y succiona la catarata.
- En el saco que envolvía el cristalino, se implanta la lente intraocular que lo sustituye.
Después de la intervención
El postoperatorio de la cirugía de catarata es prácticamente indoloro y el paciente suele notar pocas molestias (sequedad ocular, sensación de arenilla en el ojo, deslumbramiento…), que remiten a los pocos días.
Después de la intervención, aunque al principio la visión no sea perfecta, ya puede hacerse vida normal, tomando algunas precauciones durante la primera semana: evitar esfuerzos físicos o movimientos bruscos, no frotarse los ojos, procurar dormir boca arriba o del lado del ojo no operado, utilizar gafas de sol para salir a la calle y cuidar las medidas de higiene, además de seguir el tratamiento y los controles indicados por el oftalmólogo.
Respecto a la recuperación visual, es habitual que el paciente necesite un tiempo para adaptarse a su nueva situación y que, después de haber convivido con la “neblina” de la catarata, se sorprenda de recuperar nitidez y características como una mayor iluminación, y sensibilidad a los colores.
Riesgos
En la mayoría de ocasiones, la cirugía de catarata consigue resultados excelentes y muy satisfactorios para los pacientes, con un impacto positivo en su calidad de vida (por ejemplo, facilitando la conducción y reduciendo el riesgo de caídas).
En más de un 95% de los casos no presenta complicaciones, aunque no debe banalizarse y, como cualquier operación, no está exenta de riesgos.
Una correcta indicación y ejecución de la técnica quirúrgica contribuye a minimizar posibles complicaciones que, en caso de producirse, son normalmente leves y pueden solucionarse.
¿Qué es la vitrectomía?
La vitrectomía es una técnica de microcirugía ocular que se utiliza para extraer el vítreo, es decir, el gel transparente que rellena la cavidad ocular.
¿En qué casos se realiza?
La técnica está indicada para curar enfermedades propias del vítreo y la retina.
Así pues, hay varias patologías oculares que pueden requerir una vitrectomía:
- Retinopatía diabética
- Hemorragia vítrea
- Desprendimiento de retina
- Heridas oculares o traumatismos
- Agujeros maculares y otras patologías de la mácula
- Membrana epirretiniana
- Problemas secundarios o inflamaciones del ojo
- Patologías relacionadas con la alta miopía
- Complicaciones después de operaciones de cataratas
- Complicaciones derivadas de la uveítis
Exámenes previos
Antes de la intervención se realiza un examen ocular detallado y de fondo de ojo.
También se pueden sumar otras pruebas, como son:
- Tomografía de Coherencia Óptica Retiniana (OCT): escáner que se utiliza para captar imágenes de las diferentes capas de la retina en alta definición
- Angiografía fluoresceínica: prueba de contraste para ver posibles pérdidas de fluido o daños en vasos sanguíneos de la retina
- Test electrofisiológico: prueba que registra la estimulación eléctrica del ojo para detectar problemas en la retina y en toda la vía óptica hasta la corteza cerebral
Durante la intervención
El cirujano realiza tres pequeñas microincisiones (menos de 1 mm) en la esclera o pared externa del globo ocular, a través de las cuales se accede a la cavidad vítrea y se introducen delicados instrumentos para practicar la intervención: una luz de fibra óptica que ilumina la retina, una cánula de irrigación que mantiene la presión intraocular y un vitrectomo que corta y extrae el vítreo, además de utilizarse tijeras y pinzas seleccionadas para cada caso.
Durante la cirugía, en algunos pacientes se inyecta gas en la cavidad ocular, que favorece el proceso de reparación de la retina y que se va absorbiendo progresivamente. En otras ocasiones, en lugar de gas se usa aceite de silicona, que no desaparece naturalmente y que puede tener que extraerse en una segunda operación, pasados unos meses, siempre y cuando el retinólogo lo aconseje.
La vitrectomía se lleva a cabo con anestesia local y dura entre una y dos horas, dependiendo de la patología. A veces se combina con otros procedimientos paralelos, como la cirugía de catarata o el trasplante de córnea, si también se requiere actuar sobre otros tejidos.
Después de la intervención
Normalmente se retira el parche oclusivo del ojo al día siguiente. Es posible que el paciente note molestias leves tras la operación, como sensación de cuerpo extraño o roce al parpadear, ojo rojo e hinchazón palpebral.
En general, puede hacer vida normal sin restricciones importantes, aunque la primera semana se recomienda evitar movimientos bruscos con la cabeza y se desaconseja realizar ejercicio físico intenso. Dependiendo del caso a veces se requiere reposo en posiciones específicas para ayudar en la obtención de resultados.
Debe tenerse en cuenta que la recuperación no es inmediata y que los primeros resultados se aprecian tras varias semanas o meses. En los casos en los que se inyecta gas o aceite de silicona, la presencia de estas sustancias provoca mala visión, que va mejorando gradualmente.
Riesgos
Los riesgos de una vitrectomía son menores que los beneficios que se esperan para mejorar la visión después de la intervención.
Algunos de los posibles riesgos son sangrado postoperatorio, desprendimiento de retina, aumento de la presión ocular en el postoperatorio, catarata o infección.
Existen diferentes técnicas quirúrgicas, en función del grado y tipo de desprendimiento de retina:
- Fotocoagulación con láser. Mediante el láser, se causan quemaduras controladas alrededor de la zona desprendida. Estas quemaduras acaban por cicatrizar y sellan la rotura retiniana, evitando que el humor vítreo se infiltre entre ambas capas.
- Vitrectomía. Consiste en la extracción del humor vítreo del interior del ojo. Posteriormente se pega la retina utilizando líquidos pesados y realizando aplicación de láser desde el interior del ojo. Al final de la cirugía se coloca un tamponade que ayuda a mantener la retina aplicada para el cierre de la rotura, sea gas o silicón.
- Cirugía escleral. Se coloca una banda de silicona sólida alrededor de la capa más externa de la pared del ojo (la esclera) para mantener una presión externa sobre el globo ocular, que facilite el cierre de la rotura.
Las personas con diabetes pueden tener una enfermedad ocular llamada retinopatía diabética. En la etapa avanzada de esta enfermedad, en la que existe proliferación de nuevos vasos, puede presentarse sangrado en la cavidad vítrea, hemorragia subhialoidea, y desprendimiento de retina traccional. Dependiendo la alteración que se presente el paciente puede requerir:
Cirugía con rayos láser
La cirugía láser puede utilizarse para ayudar a sellar los vasos sanguíneos que sufren pérdidas. La cirugía láser también puede ayudar a encoger los vasos sanguíneos y evitar que vuelvan a crecer. El tratamiento inicial requiere de dos sesiones separadas por 4-6 semanas entre sí .En algunos casos, es necesario realizar más aplicaciones según se requiera.
Vitrectomía
Si tiene retinopatía diabética proliferativa avanzada, hemorragia vítrea, o desprendimiento de retina, su oftalmólogo puede recomendarle una cirugía llamada vitrectomía. Su retinólogo extrae el gel vítreo y la sangre, proveniente de los vasos anormales, en la parte posterior del ojo. También puede extirparle tejido cicatrizante de la retina.
El paciente con diabetes también puede presentar catarata, la cual requerirá cirugía de catarata.
El paciente con retinopatía diabética también puede presentar glaucoma neovascular, el cuál debe tratarse con cirugía de colocación de válvula de Amhed y aplicación de fotocoagulación.
La hemorragia vítrea o hemovítreo es la presencia de sangre dentro de una cavidad del ojo que está llena del humor vítreo. El humor vítreo es una sustancia transparente y gelatinosa que contiene en su mayor parte agua y que ocupa hasta dos tercios del volumen total del globo ocular.
Cuando hay sangre dentro del humor vítreo, esta sustancia pierde su transparencia, por lo que la luz no puede atravesarlo y el paciente presenta una pérdida de visión.
En muchos casos, se resuelven espontáneamente en 2-3 meses, aunque si el sangrado no se reabsorbe, puede ser necesaria una cirugía denominada vitrectomía.
Las hemorragias vítreas pueden ser debidas a:
- Un traumatismo, como puede ser un golpe directo en el globo ocular, o también después de una intervención quirúrgica en el ojo.
- Tracción de algún vaso de la retina. De manera espontánea, el gel o humor vítreo puede tirar de algún vaso de la retina, romperlo y provocar una hemorragia. Es lo que se conoce como desprendimiento de vítreo posterior hemorrágico. En algunos casos, el gel vítreo no solo tracciona de un vaso, sino también de la retina, lo que puede producir un desgarro o desprendimiento de retina.
- Causas de tipo vascular. Los pacientes con retinopatía diabética o con oclusión de la vena central de la retina presentan una falta de oxígeno en la retina, lo que estimula la formación de unos vasos anómalos, conocidos como neovasos, que pueden romperse y producir estos sangrados.
- El tratamiento de la hemorragia vítrea varía según la causa y la gravedad de la hemorragia.
En el caso de pacientes con complicaciones, como un desprendimiento de retina, o en el caso de sangrados que no se reabsorben, debe realizarse una cirugía de retina conocida como vitrectomía para poder eliminar estos sangrados.
Siempre hay que determinar la causa de la hemorragia, ya que en la retinopatía diabética o la trombosis de vena, es necesario aplicar láser durante la cirugía.